El MAR es el Movimiento de Afectados por Represas.

Su lanzamiento se sitúa en la Cuenca del Río Uruguay, municipio de Chapecó, estado de Santa Catarina, Brasil, en septiembre del 2016, pero sus antecendentes se remontan a las fuerzas acumuladas en las luchas y resistencias de las personas y comunidades afectadas por la construcción de proyectos hidroeléctricos, la organización de redes antirepresas, como la Red de Afectados por Represas de Latinoamérica (REDLAR), los encuentros continentales e internacionales de intercambio de experiencias y estrategias de enfrentamiento ante el extractivismo, el poder corporativo, la depredación de los territorios y la violación de derechos de las comunidades afectadas. 

Las luchas y resistencias de cada organización y movimiento nacional en los diferentes países de América fueron tejiendo el movimiento que es hoy el MAR.

A partir de la articulación, el intercambio y la movilización social, se dieron los primeros pasos para integrar el movimiento. 

Desde sus inicios ha sido fundamental el mapeo de los procesos energéticos de cada país y más recientemente, el mapeo de las luchas nacionales como un proceso sistemático que se actualiza y redefine en la actuación estratégica, ya que el Movimiento intenciona la construcción de un modelo energético popular que posibilite la soberanía de los pueblos. 

Para fortalecer los movimientos nacionales y regionales, la formación política con el análisis de las realidades ha sido clave, como también el acompañamiento entre los pueblos y el compartir referentes de luchas y aprendizajes de las experiencias que se vienen gestando en cada país, así como, la incidencia desde las movilizaciones y el apoyo a las campañas de solidaridad a líderes, lideresas, comunidades y países en resistencia.

Las turmas como procesos de formación política continental, han constituido una puerta de entrada para la incorporación al movimiento de nuevos actores de lucha. Actualmente, integran el MAR, organizaciones, redes y movimientos de 21 países del continente americano.

Cada día su membresía crece, a la par de los impactos de las crisis climáticas, las privatizaciones del agua y la energía, los crímenes socioambientales y las diversas formas en que toma posesión el capital con la industria energética en los territorios: represas, mercados de carbono, las falsas soluciones, contribuyendo al aumento de poblaciones afectadas. Por esta razón, el horizonte político del MAR es internacionalizar el movimiento de lucha de las comunidades afectadas en todo el mundo en defensa de sus derechos, una apuesta contrahegémonica a las agendas neoliberales del mundo de hoy.